viernes, 24 de mayo de 2013

'Capítulo 1'


Aquí está el primer capítulo! Espero que os guste, y por favor, dad vuestra opinión sincera!




Ante ellos, el imponente edificio se alzaba en tonos grisáceos. La fachada rezaba 'Billy's Gym' en un amarillo ya descolorido. La construcción era baja, de nos mas de tres plantas con pequeñas ventanas sucias y mugrientas. No parecía habitable. Al menos, no por criaturas humanas. El muchacho giró la cara ligeramente al notar la presión en su mano. Sonrió con superioridad al ver la atemorizada mirada de su compañera.
  • Demasiado tiempo sin salir de caza eh?
  • Mas bien, casi sin salir de casa – contestó ella en un suspiro
  • No pasará nada. Tan solo son un par de cáscaras y un demonio. Lo has echo otras veces. -
  • De eso hace ya dos años Jace. - dijo ella recordando aquellos tiempos en los que no debía esconder las Marcas.
El dio el primer paso hacia el edificio, tirando del brazo de ella, quien no tardó en seguirlo. Vestían prendas negras con numerosas armas escondidas tras los piegles. La muchacha se recogía el pelo de un brillante naranja en una larga coleta de caballos que le llegaba a los hombros. Abrieron la enorme puerta con cuidado, tratando de evitar el ruidoso chirrido. La sala principal era una simple y cutre habitación que habría sido en un momento quizás una lujosa recepción. Sentado en la silla, tras la mesa de madera oscura, había un hombre. O como los Nefilim le llamaban, una cáscara. Humanos, a los que los demonios absorbieron el alma, dejándolos como cuerpos sin sentimientos a sus servicios. El rostro inmune con ojos de un gris oscuro se giró hacia ellos. No vivió mucho mas. Uno de los cuchillos de la chica pelirroja ya estaba clavado en su garganta.
  • Te me has adelantado. - digo Jace sonriendo
  • Digamos, - dijo ella temblando – que se me ha subido la adrenalina.
El posó una mano en su cintura y la atrajo hacía si.
  • Nadie te ha pedido que me la subas mas – dijo ella con ironía
El la soltó sonriendo y bordeando la mesa arrancó el cuchillo de la garganta de el joven. Las puertas de la sala de fitness se deslizaron solas al notar su presencia en los sensores. Los muchachos avanzaron en un total silencio. Como prácticamente todo el gimnasio, es sala también estaba vacía. O prácticamente vacía. Frente a ellos se alzaba una enorme criatura, con una piel escamosa coloreada de verde. Debía tener la altura de una nevera, y a sus costados, se extendían cuatro largos brazos también recubiertos de escamas. Carecía de ojos, tan solo una enorme mandíbula cubierta de varias capas de dientes. Jace sonrió.
  • Por fin. - dijo satisfecho
Con la rapidez de la luz se lanzó hacia el demonio, blandiendo un cuchillo de serafín, que brillaba con maravillosa luminosidad. La criatura rugió y se movió con pesada lentitud hacia el muchacho. Lentitud, que no era rival para el cazador. Asestó un mandoble al costado izquierdo del monstruo y, antes de que este se diese cuenta, ya le había rebanado la cabeza con un perfecto estacazo. La chica lo miraba de hito en hito, asombrada, a pesar de las muchas veces que lo había visto cazar, por la rapidez y agilidad del muchacho.
  • Te vas a quedar ahí parada, todavía sorprendida por mi deslumbrante belleza y rápidos movimientos, o me vas a seguir y vamos a acabar con un par mas? -
  • Das por deslumbrante tu belleza, acaso? -
  • No hay que darlo por echo siquiera, es algo bastante obvio. - respondió el con total confianza.
Ella sonrió y lo siguió sorteando las distintas máquinas de gimnasio. Jace se adelantó hasta la puerta del vestuario femenino. Su expresión fue de alegre sorpresa cuando entro. La chica se ponía de puntillas tratando de ver a través del enorme cuerpo de Jace. Cuando lo logró, también ella se sorprendió, al descubrir una decena de chicas semidesnudas, que giraban sus rostros indiferentes hacia ellos. Con rostro frío todas se giraron y avanzaron en masa hacia Jace, algunas, armadas con cuchillos o hachas, otras, no con mas que su cuerpo.
  • Bueno, bueno... No es la primera vez que las chicas se abalanzan sobre mi, pero suelen dejar que sea yo quien les quite la ropa.- dijo el chico en tono sarcástico.
Las chicas no respondieron, si no que se limitaron a seguir moviéndose hacia ellos. Jace se giró y cogiendo a la chica por la cintura, posó sus labios sobre los de ella.
  • No has tenido otros momentos mejores para eso? - preguntó con sarcasmo, mientras desenfundaba dos cuchillos de serafín.
  • Bueno, un extra de adrenalina no? - comentó el sonriendo.
Los dos estaban en guardia, preparándose para el ataque. Y cuando el arma de la muchacha rozaba ya el costado de una de las cáscaras todas retrocedieron. No tardaron mucho en averiguar el porque. Agarrando suavemente el brazo de su compañera, Jace se giró sobre los talones colocándola tras el. Habían combatido demonios muchas veces, pero hacía ya mucho que no peleaban contra un demonio mayor. Desde la caída de Valentine. Desde la liberación de los demonios en Idris. Desde la invasión.

Un estallido rompió el pulcro silencio que se había formado en el claro. El cielo restalló en una nube roja y negra, y la tierra sagrada y pura de Idris, fue salpicada por gotas, innumerables gotas de sangre. Clary jadeó asustada y observó al Ángel con consternación. La muerte de Valentine había liberado a los demonios. Había abierto de par en par las puertas dimensionales al país de los cazadores de sombras. Había comenzado su destrucción.
  • Tú! - gritó Clary al Ángel, con rabia en la voz. - Ayudanos!
  • Tienes la posibilidad de obligarme a hacer una sola cosa, Clarissa Morgenstern.- respondió el en tono reprobatorio. - eres tú quien debe decidir.
Debería parar la invasión, pensó. Cualquiera lo habría hecho. Pero cuando vio de nuevo el cuerpo inerte de Jace tendido sobre la hierba, no pudo imaginarse un mundo sin él. Reuniendo todas las fuerzas que le quedaban sollozó:
  • Le quiero a él – dijo entre lágrimas. - solo a él.
El Ángel suspiró, como si ya se lo esperase. Movió la mano en un suave gesto hacia Jace, quien comenzó a respirar, volviendo de donde nadie había vuelto hasta ahora. Clary miró agradecida al Ángel, que poco a poco, comenzó a esfumarse como si nunca hubiese estado allí. Clary se incorporó y se acercó a él.
  • Jace, - dijo maravillada, al verle abrir los ojos. - estás vivo.
  • Acaso creías que te librarías de mi tan fácilmente? - respondió el sonriendo.
Se incorporó y observó a su alrededor.
  • Que ha pasado aquí? - preguntó confuso – esos demonios deberían haberse ido con la muerte de Valentine.
  • Cuando el Ángel lo mató, los demonios fueron liberados, ya que nadie controlaba la Espada. -
  • En ese caso, debemos irnos de aquí. Este lugar está perdido. - dijo con tristeza.
  • Y Izzy? Alec? Vas a dejarlos aquí? O a mi madre? O a Simon? - dijo ella angustiada. - no me iré sin ellos.
  • Y yo me pregunto, porque tuve que enamorarme de alguien mas tozudo que yo... - dijo mientras observaba a su alrededor.
La suave lluvia de sangre provocada por la entrada de los demonios es Idris había cesado. Clary observó el paisaje a su alrededor. Lo que antes había sido un prado hermoso y verde eran ahora cenizas, y madera seca. Los demonios habían invadido Idris, haciéndole perder toda su luz.
  • Oh Jace. - dijo Clary consternada.
El observaba el entorno donde había crecido, cono rostro de quien había visto arder su casa.
  • Jace, tenemos que recoger a los demás. Se acaba el tiempo. - dijo ella con voz angustiada
  • Vamos. Debes abrir un portal, o pretendes que volvamos andando? - dijo el, tratando de ocultar la tristeza.
La muchacha no tardó en ponerse manos a la obra, trazando Marcas sobre la hierba. Mientras tanto, Jace se acercó al cuerpo de su padre. Yacía en el suelo, tendido en posición fetal. Jamás su padre se había mostrado así. Posando las manos sobre sus ojos, se los cerró y se despidió del, como se hacía con todos los cazadores de sombras. Una lágrima resbalaba por su rostro, hasta caer sobre el de Valentine.
  • Debemos irnos Jace, los demonios no tardaran en venir hasta aquí. -
Jace se levantó y tras echarle una última mirada al cuerpo de su padre, se acercó a Clary. Ante ella, se abría un agujero exagonal, similar a un charco grande, a excepción de que el agua de este charco, relucía como un diamante.
  • Que chicos, - dijo una familiar voz a sus espaldas. - ya os olvidabais de mi?
  • Izzy! - gritó Clary. - que haces tú aquí?
  • Digamos, que estuve salvándole el culo a Jace, pero el se olvidó de mi drásticamente. -
  • No recordaba que estabas ahí Izzy. Ya sabes, me distrajo el tema de mi muerte y eso... - dijo con ironía – anda vamos.
  • Jace – dijo Clary con voz asustada. - creo, creo que no nos vamos.
Y cuando el se giró sobre sus talones, se topó con una enorme criatura de piel escamosa.
  • Agramon... - murmuró sorprendido. - yo te maté.
  • No es tan fácil acabar con el miedo... - dijo, mientras, a ojos de Jace la figura se transformaba lentamente en una menuda chica de melena pelirroja.



4 comentarios:

  1. ¿TÚ QUIERES ACABAR CON NUESTROS DELICADOS CORAZONES DE NEFILIM, NO?

    "Clary" (¬¬), está genial ^^
    Ya me tienes a mí de seguidora, y creo que alguno más también anda por ahí, ¡y en solo un día!

    Sigue así, y espero con ansia el próximo capítulo <3

    Un abrazo y miles de azucarillos para ti

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  2. Ñañaña es lo que tienen las clases de mates :3 Muchas graacias! Jo, cuando subas me paso y comento!

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  3. la historia esta genial ya me tendras de seguidora para siempre <3 kisses esta super bien

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    1. Awww *-*, muchísimas graacias! Un beeso, <3 Graacias, de verdaad jijiji

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